La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La legislación sobre la industria y el consumo de carne

Matanzas sin dolor para el animal

La nueva normativa sobre sacrificio endurece los controles del aturdido y de la formación del personal tanto en mataderos como en explotaciones ganaderas

Matanzas sin dolor para el animal

Evitar el sufrimiento del animal durante su sacrificio. Ese es el principal aspecto que recoge el nuevo Real Decreto del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, aprobado recientemente por el Consejo de Ministros, con el objetivo de facilitar la aplicación en España del reglamento europeo de protección de animales en el momento de la matanza. Según los profesionales del sector consultados por este periódico, la normativa es positiva y se traduce en una supervisión constante de la eficacia del aturdido -todo proceso que cause, sin dolor al animal, la pérdida de consciencia y sensibilidad- así como del nivel formativo del personal que realiza las operaciones. Los controles no sólo afectan a los mataderos sino también al ámbito doméstico, lo cual ha generado descontento por parte de los ganaderos que realizan estas prácticas. En este último caso, el Real Decreto incluye, además, un mandato a las autonomías para que fijen las condiciones para la muerte del cerdo.

Fruto de las últimas disposiciones, explica Eugenio Olivares, encargado del matadero de Avilés, la Administración reforzará a partir de ahora en los macelos asturianos las inspecciones sobre los mecanismos de aturdido, que siempre deben hacerse ante la presencia del servicio veterinario. Con estas operaciones se persigue que el animal "no se entere del pinchazo del sangrado", detalla Olivares. Para ello, cada empresa puede utilizar, dentro de los contemplados en la ley, el mecanismo que considere más idóneo y se ajuste al animal. Los hay mecánicos, eléctricos y de gas.

En este sentido, José Luis de la Pasión, gerente del matadero de Mieres, afirma que en sus instalaciones se aplica la descarga eléctrica para el ganado porcino, mientras que utilizan la pistola de perno cautivo para el vacuno, al entender que son dos de las mejores técnicas que consiguen atolondrar al animal y evitar su sufrimiento. "En este campo se ha evolucionado mucho. Ya llevamos más de 20 años aplicando este método; no tiene nada que ver con lo que se hacía antes: meter el cuchillo directamente", dice De la Pasión. Una práctica, por cierto, prohibida por la ley desde hace ya dos décadas, pero que en algunas caserías de la región sigue aplicándose. Esto se debe a la directiva europea de 1993, que permite seguir con esta tradición fuera de los mataderos siempre y cuando al cerdo se le haya aturdido antes de clavarle el cuchillo. Esto mismo se reguló en España en 1995.

La normativa de 2014, en otro de sus apartados, también incide en la formación del personal que realiza estas operaciones. La disposición en concreto señala que "se determina el procedimiento para la organización de los cursos y la emisión del certificado de competencia, así como el relativo al reconocimiento de la experiencia profesional". Con respecto a ello, José Luis de la Pasión afirma que desde hace dos años la formación en este sector es escrupulosa. Todos los trabajadores necesitan un certificado de bienestar animal para poder actuar en el matadero. Además, se están tramitando, a través del Principado de Asturias, un título de profesionalidad, que el personal obtiene a los tres años de experiencia en un puesto concreto y tras recibir la formación adecuada.

En relación a ello, la norma también se refiere a los equipamientos y aparatos destinados a la sujeción y aturdimiento en el momento de la matanza de animales, que deben cumplir los requisitos de la legislación comunitaria y tienen que venir acompañados de instrucciones en castellano.

No obstante, el nuevo Real Decreto es amplio y también contempla la matanza para consumo doméstico privado. En este caso, se indica que se establecerá la vía para que "las autoridades competentes puedan realizar controles oficiales sobre las mismas". Estos controles no son vistos con muy buenos ojos por parte de los profesionales del ámbito rural, como el carreñense Avelino Pérez, dedicado a la matanza casera desde hace 30 años, que considera que estas medidas, junto con la crisis, están acabando con el sector. Con respecto a la nueva normativa, Pérez no cree que cambien demasiado las cosas en el campo. Principalmente porque "muchos ya utilizamos una pistola para que el cerdo no se entere de nada; se mira mucho por el bienestar del animal", asegura. Un bienestar que en el ámbito doméstico, opina, se consigue mejor que en el matadero. "El cerdo que menos sufre siempre es el de casa, porque ya sólo por llevarlo en un remolque hasta el matadero lo pasa mal", sostiene.

El mayor control del bienestar de los animales por parte de la Administración ya se viene apreciando, no obstante, años atrás en los mataderos al tener que darse cuenta sobre el papel de todo lo que se hace de puertas para dentro. Incluso, como especifica el encargado en Mieres, de la alimentación que se le da al animal si pasasen más de dos horas sin ser sacrificado. "Hoy en día, se tiene que registrar todo: la temperatura de los canales, los tiempos de matanza, las entradas de ganado, la limpieza... ", señala Olivares, que cree que el proceso se podría aligerar con un programa informático.

Real decreto

Objetivo

Mejorar las condiciones de bienestar de los animales en el momento de la matanza, ya reguladas en el reglamento comunitario del 24 de septiembre de 2004.

Principales disposiciones

Controles en la eficacia del aturdido y de los aparatos utilizados para tal fin, tanto en los mataderos como en las explotaciones donde se realizan matanzas caseras (el Principado deberá fijar los requisitos).

Sólo podrán realizar las operaciones las personas con formación que tengan un certificado de competencia de bienestar animal para garantizar que la matanza se hace sin dolor para el ganado.

Compartir el artículo

stats